viernes, 31 de octubre de 2008

Lo estrambótico

Todavía no entiendo muy bien qué misteriosa fuerza me llevó a aceptar escribir regularmente en este blog. Como todo el mundo, amo huir de los compromisos ofreciendo las excusas más estrambóticas.

La palabra estrambótico me remite mentalmente a la imagen de una nave espacial flotando a pocos metros del suelo en la medianoche, montando un show de luces de colores rojo, verde y azul que se mueven para todos lados en medio del humo barato de una máquina de boliche, que esconde el artificio de que el objeto volador no flota, sino que es suspendido en el aire gracias a un brazo mecánico.

También, cuando digo "estrambótico", me imagino a un tipo vestido con una armadura medieval toda hecha de ollas de cocina, intentando bajar una escalera y tropezando al primer escalón. Lo curioso es que el tipo cae planchado dentro de un ataud. Por no mencionar que alrededor del ataud está reunida su familia, usando máscaras de cabezas de caballos y otros animales. O sea, eso sería estrambótico para mí.

Hay semanas en las cuales tengo caravanas de sueños inquietantes, todos ellos muy estrambóticos. Algunos son gemas rarísimas. Yo siempre digo que sueño cosas increíbles porque tengo con qué.

Pero me despierto enlutado y los transcribo pobremente, envuelto en la peor de las tristezas.

Bienvenidos a mi mundo triste de recuerdos felices,

G.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

yupiiiiiiiiiii

Publicar un comentario