viernes, 7 de noviembre de 2008

"Sobre la gente que se disfraza en el tren del Parque de la Costa"

Curiosísimas germinaciones del árbol del género humano.
Por idioma el silencio. Por desboque la mirada.

Residuos execrables de la pichafortuna. Cacas danzarinas, alimañas ciegas y sordas regodeándose en la contorsión mortificada de la razón, en el desvío zaherido de la atónita mirada, en la infinita incomprensión.

Deténganse a observar estas diabólicas imprecaciones:

Me gustaría ser ciego y no verlos. Edipo Rey de Tebas, concedeme la fuerza y la templanza necesarias para desgarrarme la visión y así dañarla para siempre.

Sombras errantes. Espectros inenarrables. ¡Vuelvan al exilio de lo inconcebible, de donde nunca debieron haber escapado!

¡Los tigres de la cólera son más sabios que los caballos de la sabiduría!
¡Arrasadlos a todos! ¡Quemad sus aldeas!


Hoy estoy mal. Vengo del médico. Me rompí jodidamente los ligamentos.
Hasta la semana que viene.

2 comentarios:

tron dijo...

Cuando tenes 43 años y te levantás de una pesadilla, un segundo atrás estabas viendo a la Pantera Rosa de ese Mar de Ajó 78´.

Germán Morette dijo...

Acabo de ver fotos de las cosas que escribi. Son realmente adorables. En serio. LLueven corazones cuando los veo.
Megustan tanto.

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